El domingo, 23 de octubre pasado, después de la novillada con la que se dio por finalizada la temporada taurina en la Misericordia y que se que se inició con un minuto de silencio por las muertes del matador madrileño, Antoñete y del ganadero Alfonso Guardiola, salí de la plaza y como de costumbre me junté con los amigos para comentar lo ocurrido durante la tarde. Hablábamos de los meritos o deméritos de los diestros que habían triunfado y alguien, abundando en el tema de las defunciones, me comento que había escuchado en el tendido que también había fallecido el diestro aragonés “Chiquito de Aragón”, al que no conocí.
Como creo que cualquiera que se ha puesto delante de un toro y haya tenido sus momentos de gloria, merece un recuerdo, indagué en la vida del torero para ofrecerle como homenaje, no el minuto de silencio, que no lo tuvo en su día, pero si algunos más de este comentarista a ese sencillo novillero para que quede constancia y sirvan de recordatorio de su paso por este mundo, incluso taurino.
Poco he podido saber de MARINO TIRAPU, “Chiquito de Aragón”. Eso sí, que nació en 1938 en un pueblo de tanta solera baturra de las Cinco Villas como es Uncastillo (Zaragoza). Vistió su primer traje de luces en la plaza de Ronda, el 24 de Mayo de 1954. Toreó bastantes novilladas sin picadores en Sevilla obteniendo sonados éxitos, como lo demuestra el haber salido tres días a hombros de aquella plaza ante tan entendida afición. En San Fernando (Cádiz), sufrió una muy grave cogida, pero como aragonés de pura cepa que era, salió del percance con más valor y bríos.
Posteriormente obtuvo grandes éxitos en Zaragoza, llegando a ser en el año 1955 uno de los aspirantes más destacados de las novilladas sin picadores junto a Pepe Puerto, decano viviente de los de a pie, y Abilio Langa “El Aragonés”.
Fue famosa su rivalidad con Paco Camino que había sido el triunfador de las 19 novilladas sin caballos que gracias a él, al propio Curro Romero y Diego Puerta llegaron a celebrarse en nuestra plaza en el año 1958.
Hizo su presentación con picadores el 7 de septiembre de 1958 en el Coso de Pignatelli despachando reses de Escudero Muriel, alternando con el portugués José Julio, que obtuvo dos orejas, y con Paco Camino que cortó tres apéndices. Esa tarde actuó también el rejoneador luso José Brilhas de Mata con novillos de Valverde.
“El Coloso de las Cinco Villas”, como también se le apodaba, una tarde toreó en Ejea junto Relámpago y la rejoneadora Paquita Rocamora y fue capaz de llenar la plaza, quizás, gracias a que fue a verle todo Uncastillo, donde, mientras estuvo en activo, mataba un novillo en sus fiestas.
La última noticia que tengo sobre una actuación suya en la Misericordia, data del 24 de mayo de 1959, en que volvió a despachar una novillada de Escudero Muriel, junto a Adolfo Aparicio (primo de Julio Aparicio padre) y “El Cobijano”. Posteriormente, ya retirado de los ruedos creo se estableció en Sabadell, donde le sobrevino la muerte.
Ahora que se está elaborando el pliego de la plaza de toros de Zaragoza, pese a que haya quien diga que las novilladas suponen una ruina empresarial y deben ser quitadas del abono o reducirlas, quiero recordarles a quienes así piensan, aquellas tardes de gloria que a la afición local brindaron novilleros tan destacados como los citados a los que precedieron Herrerín y Ballesteros que con sus éxitos y llenos, lograron la ampliación de nuestra plaza.
No cabe pensar en la existencia de matadores de toros sin haber sido antes novilleros. Eso sí, hace falta que la empresa encargada de mantener el prestigio de una plaza de primera, como la nuestra, aplique recursos e imaginación para sin quitar, compaginar adecuadamente y sin pérdidas económicas, la temporada taurina que ansía a negociar y nosotros a disfrutar.
Fernando Gª Terrel
(Director del Rincón Taurino “El Mentidero” de la Casa de Andalucía de Zaragoza)
Zaragoza, 27-11-11, Canal 44 de TV.
Programa “Patio de Cuadrillas”